Los esfuerzos titánicos del municipalismo

(Artículo publicado en EL FAR, noviembre 2013)

Históricamente, el municipalismo ha tenido que hacer frente a problemas estructurales endémicos de sus ciudades sin los recursos económicos adecuados ni las competencias correspondientes. Y lo ha tenido que hacer, como Administración de proximidad que es, para garantizar servicios básicos demandados por la ciudadanía: educación, salud, seguridad, etc .

Pues bien, estos esfuerzos históricos se están multiplicando en los últimos años con motivo de esta crisis económica. Y a pesar de que los ayuntamientos son la administración pública del Estado que mejor han hecho los deberes en estos momentos de dificultades económicas y que menos déficit exhiben de lejos, parece que tendrán que seguir haciendo esfuerzos titánicos para garantizar las políticas de bienestar, y para contrarrestar los recortes del Estado y de la Generalitat.

En el Baix Llobregat tenemos un ejemplo muy claro con las becas comedor. Ante la insuficiente aportación económica de la Generalitat, ayuntamientos como el de Esplugues garantizaremos que este curso ninguna familia que cumpla los criterios para acceder a una ayuda se quede sin beca. Y así hacemos también con las plazas de guardería y de la Escuela Municipal de Música, o con las subvenciones para poder llevar adelante centros de trabajo y de atención a personas con discapacidad, como la Fundació Proa de nuestra ciudad.

Agudizando el ingenio para aplicar medidas de ahorro y de eficiencia, en Esplugues hemos conseguido que el Presupuesto del 2014 aumente un 5,6% las partidas sociales y un 9,6% las de promoción económica, a pesar de congelar, por segundo año consecutivo, los impuestos y tasas municipales.

Una vez más, el municipalismo tiene que salir al rescate del Estado del bienestar. Pero cada vez, esto se hace más difícil de sostener. Por ello, en la línea de lo que pide la Federació de Municipis de Catalunya, se hace indispensable una Ley de Financiación Local en Catalunya que contemple el establecimiento de las garantías para que los Ayuntamientos puedan prestar sus competencias con los recursos necesarios. Y también, con las condiciones adecuadas para garantizar la calidad y los servicios a la ciudadanía.

Democracia participativa

(Artículo publicado en EL PONT, noviembre 2013)

Está en boca de todos en los últimos meses. La ciudadanía pide, más que nunca, una auténtica democracia participativa; poder intervenir, con voz y voto, en la toma de decisiones y contribuir a diseñar los nuevos modelos económicos y sociales que nos han de ayudar a salir de la crisis. Y en Esplugues ya hace tiempo que hemos apostado por este camino. Además de los diferentes órganos de participación plenamente consolidados, abrimos a la consideración de la ciudadanía los grandes proyectos con los que queremos continuar construyendo una ciudad más sostenible y adaptada a las necesidades e inquietudes de los diversos colectivos de la población. El Pla Jove, el Plan de Inclusión Social o el Plan de Movilidad, actualmente en proceso de redacción o aprobación, son tres ejemplos.

Pero, además, este año hemos dado otro paso y una parte de las inversiones del presupuesto municipal para 2014, unos 150.000 euros, será decidida por los vecinos y vecinas de Esplugues. La democracia participativa exige a los representantes políticos un esfuerzo continuado para escuchar y atender las demandas de la ciudadanía, que reclama adquirir un papel más responsable y activo en el día a día de nuestros pueblos y ciudades. En Esplugues ya hemos comprobado que esta estrecha colaboración entre Administración y ciudadanía da muy buenos resultados.

Apuesta irrenunciable por las 'escoles bressol'

(Artículo publicado en EL FAR, octubre 2013)

Entre los diferentes recortes sociales, y concretamente educativos, que hemos sufrido en los últimos años por parte de la Generalitat, los que han afectado a las 'escoles bressol' han sido especialmente preocupantes. Por la cuantía (en pocos años, ha rebajado su aportación de 1.800 euros a 875 euros por alumno y para este curso ha anunciado que la aportación será 0) y porque supone poner en cuestión un modelo por el que venimos apostando decididamente muchos ayuntamientos -el de Esplugues fue a uno de los primeros- como parte irrenunciable de un mínimo estado del bienestar que queremos conservar.

Por ello, ante la gravedad de la bajada de la parte subvencionada por la Generalitat para garantizar plazas de guardería públicas, ayuntamientos como el de Esplugues estamos haciendo auténticos esfuerzos para mantener, en cantidad y en calidad, un servicio que creemos esencial por varias razones. Primero, porque permite conciliar la vida personal, laboral y familiar a todas las familias con niños y niñas menores de 3 años, y no sólo a aquellas que pueden pagar una plaza de guardería privada.

Y, también, porque supone un enriquecimiento, desde el punto de vista educativo, de estos niños y niñas, les proporciona las bases que los hagan avanzar en las relaciones con los demás, en el desarrollo del lenguaje oral y el conocimiento progresivo de su entorno, y les inicia en su autonomía y en la adquisición de hábitos de comportamiento.

Por todo ello, las administraciones que hemos creído desde el primer momento en este modelo no podemos abandonarlo, ni tampoco cargar todo el esfuerzo en las familias. En Esplugues, a pesar de haber ampliado algunos servicios, hemos mantenido el mismo precio público que el curso anterior -uno de los más económicos de la comarca, y probablemente del país- y hemos aumentado las ayudas para favorecer que las familias con menos recursos no se queden fuera. Porque pensamos que las 'escoles bressol' deben ser un derecho de todos.

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